ÍNDICE APARTADOS


Introducción

Autores

Perfil acosador
Perfil acosado
Los trastornos
El entorno
Final
Citas


Introducción

En
esta página se transcriben una serie de citas de varios autores que han
investigado y escrito en relación al acoso psicológico,  Marie-France Hirigoyen,
Iñaki Piñuel y Zabala y José Luis González de Rivera y Revuelta. Ellos
definen el perfil perverso del narcisista acosador, de su víctima y del
entorno en que se da el mobbing.

Estas
citas conforman los perfiles de una situación real de acoso, en especial
los del acosador, el acosado y el ambiente donde se desarrolló.

Ante
la dificultad habitual en que se encuentran las personas sometidas a acoso
de hacer creíbles y encajables dentro de un proceso de esta naturaleza
los actos y situaciones que vive a diario, cabe la posibilidad de utilizar
los textos de aquellas personas reconocidas como expertos en la materia, a
modo de modelo objetivo sobre el que comparar sus propias
situaciones de ataque a su salud, a su integridad moral, a su
profesionalidad, etc.

Así,
con citas paralegales (no
son esgrimibles desde un punto de vista jurídico puro pero sí son de
reconocida solvencia en cuanto a identificación de situaciones de mobbing),
se puede llegar a ilustrar cómo, mediante la ejecución de pequeños
ataques a una persona -estos sí acreditables con arreglo a los elementos
probatorios ordinarios en derecho- puede llegar a crearse una situación
de mobbing conforme a la identificación y descripción que de esa clase de
actos hacen los expertos en la materia.

Esta
forma de investigación o intento de acreditación de una situación de mobbing
no solo es útil únicamente para la fundamentación de un informe de
investigación o denuncia desde un punto de vista legal (no hay que
olvidar que es el criterio dado por  el artículo 141.1 de
la Ley 30 de 1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas
y del Procedimiento administrativo común, el de remitirse a la justicia
al estado de la ciencia y de la técnica a la hora de enjuiciar
actos punibles), sino que además, es útil cuando es elaborado
por
la persona acosada, para llegar al verdadero esclarecimiento
del  por qué su deterioro ha llegado a ser tan importante, pues sus
vivencias laborales encajan perfectamente con las descripciones que los
estudiosos de este fenómeno hacen de los actos de acoso y de los perfiles
de sus protagonistas. Y este entendimiento es fundamental para la


desculpabilización
tan necesaria del acosado que no entiende (por eso
llega a ser acosado) el que haya una explicación lógica que justifique
el haber
llegado a su situación personal. Esta labor de estudio, de análisis, de
objetivación de los hechos por comparación con los descritos con
expertos fiables posibilita el milagro de hacer la luz en la condicionada
mente de la víctima que así puede llegar a entender lo que le ha venido
sucediendo, ya no desde su responsabilidad, desde su culpa, sino desde la
verdadera raíz del problema.

 

Con el estruendoso
insight o descubrimiento de la
verdad, se inicia la verdadera liberación del acosado pues no habrá de
ser desde los tribunales de justicia desde donde le llegue la verdadera,
la auténtica liberación a quien ha sido humillado y vejado, sino desde su propia
mente. Para cuando tenga la claridad e información necesaria como para
entender que ha sido destinado a un papel de víctima, de acosado, de
diana de un perverso narcisista solo como consecuencia de su propia brillantez, de
su excelencia que ofende la medianía y vulgaridad de su acosador, será
cuando esté iniciando la salida de ese pozo al que le arrojaron sin
saberlo y del que no pudo salir por falta de solidaridad, por la
ignorancia de este mundo, por la carencia de valores de nuestra sociedad.
Por
la mediocridad imperante y aceptada y por que la supuesta racionalidad del
hombre resulta ser mucho más limitada de lo que nos habíamos creído. Solo de esa forma se puede comprender como ante la vista de todo un
grupo laboral humano se puede llegar a destruir una persona sin que nadie
parezca tener nada que objetar e incluso colabore en ello.

Cuando todos los compañeros y amigos de
una víctima de acoso consienten, callan y participan de ese macabro
fenómeno que supone el sacrificio de un chivo expiatorio, justifican o
amparan al poder que lo lleva a cabo, o solo callan o se dejan seducir
por quien engatusa, nubla la mente y engaña, siendo ellos personas
normales fiel muestra de nuestra sociedad, cuando esta situación se da
-y se da a diario- quiere decir que esta sociedad creada por el hombre es
un castillo de papel, de altos y anchos torreones que volarán por los
aires ante la mas ligera brisa que nos sorprenderá mirando para otro
lado, no por casualidad, sino para no tener que ver la fragilidad de
nuestros cimientos. 


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Ricardo Pérez-Accino



rpaccino@wanadoo.es

 

       


Al final de esta página se encuentran referenciadas las
citas de los

autores junto con la página del texto a que corresponde cada
cita. 

 


 

 

Autores

Marie-France Hirigoyen

Psiquiatra psicoanalista. Incluye estudios en Estados
Unidos en la especialidad de Victimología, una rama de la Criminología que
analiza las secuelas psíquicas en las personas que han sufrido atentados o
agresiones diversas, y las posibilidades de ofrecerles ayuda. En Washington,
durante uno de sus cursos de formación, la psicoanalista trabajó con el FBI.

 

1 – El Acoso Moral. El maltrato psicológico en la vida
cotidiana.


Editorial PAIDÓS

2 – El Acoso Moral en el Trabajo. Distinguir lo
verdadero de los falso.


Editorial PAIDÓS CONTEXTOS

Iñaki Piñuel y Zabala

Es Psicólogo del Trabajo y de la organización por la
Universidad Complutense de Madrid, y Executive Master en Business Administratión
por el Instituto de Empresa de Madrid, profesor titular de «organización y
recursos humanos» y «Liderazgo y Dirección» en la Universidad de Alcalá, y
profesor de Gestión del Conocimiento en CEPADE (Universidad Politécnica de
Madrid), dirige el Programa de Perfeccionamiento para directivos (PDC) y es
profesor de Política retributiva del Master de Recursos Humanos de la Cámara
de Comercio de Madrid. Durante los últimos 14 años ha trabajado como consultor
en Organización y recursos humanos, especializándose en la Formación de
Directivos en Management. Ha sido Director de recursos humanos en varias compañías
de alta tecnología.

3 – MOBBING. Cómo sobrevivir al
acoso psicológico en el trabajo.


Editorial SAL TERRAE

 

José Luis González de Rivera y Revuelta

Es doctor en medicina catedrático
de psiquiatría. Formado en la Universidad Mc Gill de Canadá y en la American
Academy of Psychoanalysís de Nueva York, es presidente de la Asociación Española
de Psicoterapia y vocal de la junta Directiva de la European Association for
Psychotherapy. Dirige el Instituto de Psicoterapia e investigación Psicosomática
de Madrid y la Escuela Europea de Psicoterapia.

4 – El Maltrato Psicológico.
Cómo defenderse del mobbing y otras formas de acoso.


Editorial Espasa Práctico.

5 – El Trastorno por
Mediocridad Inoperante Activa (síndrome MIA)


Psiquis, 1997 18 (6): 229-231

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Perfil acosador

 

“El acoso de un superior a
un subordinado:

 

El denominador común suele
ser que el jefe se prevale de manera abusiva, desmesurada y perversa de su
poder. El objetivo suele ser reducir la influencia social de un subordinado en
su entorno, o bien forzarlo de modo inmoral a dejar el trabajo de manera
voluntaria o a solicitar el cambio o la baja laboral, eliminándolo del propio
lugar de trabajo.”

[1]

 

 

“«Las personalidades
malvadas utilizan el poder para aniquilar el crecimiento humano y espiritual de
los demás, con el propósito de preservar y defender la integridad de sus
propias personalidades enfermizas. Se trata de un verdadero fenómeno de chivo
expiatorio»”
[2]

 

 

“los perversos narcisistas
sienten una envidia muy intensa hacia los que parecen poseer cosas que ellos no
poseen o hacia los que simplemente gozan de la vida”.

[3]

 

 

“Lo que el perverso envidia
por encima de todo es la vida de los demás.”

[4]

 

 

“El objeto de los celos del
acosador puede ser también un conjunto de habilidades sociales que confieren a
la persona que las ostenta una especial destreza a la hora de aglutinar a otros
en torno a ideas o proyectos que la víctima proponga o defienda. En esto
consiste lo que suele denominarse «tener carisma» o «don de gentes».”

[5]

 

 

“Los deseos y la vitalidad
de los demás les señalan sus propias carencias… Ésta es la razón por la
cual, las más de las veces, eligen a sus víctimas entre las personas que se
muestran más llenas de energía y que saben gozar de la vida, como si
intentaran acaparar una parte de su fuerza. La sumisión y la servidumbre de sus
víctimas a las exigencias de sus deseos, así como la dependencia que ellos
mismos crean, suponen para ellos una prueba irrefutable de la realidad de su
apropiación.

 

 

Los bienes a los que nos
referimos son rara vez bienes materiales. Son cualidades morales difíciles de
robar: alegría de vivir, sensibilidad, comunicación, creatividad, dones
musicales o literarios… Cuando la víctima expresa una idea las cosas suceden
de tal modo que la idea formulada deja de ser suya y pasa a pertenecer a su
agresor.

 

 

No son nunca responsables, ni
son nunca culpables; todo lo que anda mal es siempre culpa de los demás.”

[6]

 

 

“Los perversos narcisistas
suelen presentarse como moralizadores y suelen dar lecciones de rectitud a los
demás.”

[7]

 

 

“Lo que detestan del que
piensa de otro modo no es tanto la opinión distinta que preconiza como su osadía
al querer juzgar por sí mismo, cosa que sin duda ellos no hacen jamás y de lo
que, en el fondo, tienen conciencia”

[8]

 

 

“explotan a los demás,
primero apropiándose de sus ideas y «utilizándolas», luego descalificándoles
con el fin de ser el único que quede en buena posición.”

[9]

 

 

“En el transcurso de mi práctica
clínica he visto cómo un mismo individuo perverso tendía a reproducir su
comportamiento destructor en todas las circunstancias de su vida -en su lugar de
trabajo, con su pareja y con sus hijos-, y es esta continuidad de comportamiento
lo que quiero subrayar. Así, existen individuos que tapizan su trayectoria con
cadáveres o muertos vivientes. Y esto no les impide dar el pego ni parecer
totalmente adaptados a la sociedad.”

[10]

 

 

“Proyectan toda su
violencia interna sobre quien les podría desenmascarar o sacar sus debilidades
a la luz.”

[11]

 

 

“el perverso prefiere matar
indirectamente, más exactamente, conseguir que su víctima se mate ella
sola”.

[12]

 

 

“Cuando alguien decide
destruir psicológicamente a un asalariado y pretende que éste no se pueda
defender, lo primero que hará es aislarlo y romper sus posibles alianzas.
Cuando el empleado está solo, le cuesta mucho más rebelarse, sobre todo si se
le hace creer que todo el mundo está contra él.”

[13]

 

 

“Estos individuos sólo
pueden existir si «desmontan» a alguien: necesitan rebajar a los otros para
adquirir una buena autoestima y, mediante ésta, adquirir el poder, pues están
ávidos de admiración y de aprobación.”

[14]

 

 

“El objetivo de un
individuo perverso es acceder al poder o mantenerse en él -para lo cual utiliza
cualquier medio-, o bien ocultar su propia incompetencia. Para ello, necesita
desembarazarse de todo aquel que pueda significar un obstáculo para su ascensión,
y de todo aquel que pueda ver con demasiada lucidez sus modos de obrar. No se
contenta con atacar a alguien frágil, como ocurre en el caso del abuso de
poder, sino que crea la misma fragilidad a fin de impedir que el otro pueda
defenderse.”

[15]

 

 

“La conducta perversa no
incluye únicamente una persecución del poder, sino también y sobre todo una
utilización del otro como si fuese un objeto, o una marioneta, algo que al
perverso le produce un gran placer. El agresor conduce primero al agredido a una
posición de impotencia para luego poder destruirlo impunemente. Para obtener lo
que desea, no duda en utilizar todos los medios de los que dispone, sobre todo
si puede hacerlo en detrimento de los demás. Le parece legítimo rebajar a
quien haga falta con tal de adquirir una fuerte autoestima. No tiene ningún
respeto por los demás. Resulta asombrosa su ilimitada animadversión, que suele
provenir de motivos fútiles, y no tiene ninguna compasión de las personas que
se encuentran acorraladas en situaciones insoportables. Quien inflige violencia
a otro individuo considera que éste se la merece y que no tiene derecho a
quejarse. Para el agresor, la víctima no es más que un objeto que molesta.
Niega su identidad y su derecho a tener sentimientos o emociones.”

 

 

“La víctima, ante esta
agresión que no comprende, se siente sola, ya que, en todas las situaciones
perversas, los que las presencian se muestran cobardes e indulgentes. Temen
convertirse, a su vez, en blanco de las agresiones, pero, en ocasiones, también
gozan sádicamente con el espectáculo de la destrucción.”

 

 

“un manipulador perverso no
soporta la más mínima oposición a su poder y transformará cualquier relación
conflictiva en odio, hasta el punto de querer destruir a su oponente.”

[16]

 

 

“el odio que proyectan
sobre un blanco al que convierten en presa es suficiente para aplacar sus
tensiones interiores, lo que les permite mostrarse como una compañía agradable
en otros lugares. Esto explica la sorpresa, o incluso la incredulidad, de las
personas que se enteran de las acciones perversas de una persona cercana que
hasta ese momento sólo había mostrado su lado positivo. Las pruebas que
presentan las víctimas no parecen creíbles.”

[17]

 

 

“se trata de «depredación»,
es decir, de un acto que consiste en apropiarse de la vida.”

[18]

 

 

“Si hubiera un conflicto
abierto, cabría la posibilidad de discutir y de encontrar una solución. Pero,
en el registro de la comunicación perversa, por encima de todo hay que impedir
que el otro piense, comprenda o reaccione. Rechazar el diálogo es una hábil
manera de agravar el conflicto haciéndolo recaer completamente en el otro. A la
víctima se le niega el derecho a ser oída. Al perverso no le interesa su versión
de los hechos, y se niega a escucharla.”

 

 

“Como la comunicación verbal directa se niega, la víctima recurre
con frecuencia a manifestarse por escrito.”

[19]

 

 

“El arte en que el perverso narcisista destaca por excelencia es el de
enfrentar a unas personas con otras, el de provocar rivalidades y celos.”

[20]

 

 

“El perverso no suele alzar la voz, ni siquiera en los intercambios más
violentos; deja que el otro se irrite solo, lo cual no puede hacer ora cosa que
desestabilizarlao.”

[21]

 

 

“Cuando tiene que justificar su odio , el perverso lo hace depender de
una persecución por parte de su víctima.”

 

 

“Mediante un fenómeno de proyección, el odio del agresor es
proporcional al odio que él mismo imagina en su víctima.”

[22]

 

 

“Un acosador verdaderamente competente tiene amenazado o comprado a
todo el personal, incluyendo a los representantes sindicales, y nadie se atreve
a mostrar acercamientos o simpatías hacia el estigmatizado.”

[23]

 

 

“La mentira de los perversos narcisistas solo se vuelve directa
durante la fase de destrucción.”

[24]

 

 

“Se trata de una agresión a perpetuidad… En la superficie, no se ve
nada o casi nada. Un cataclismo hace que una familia, una institución o un
individuo reviente. La violencia casi nunca es física, y si lo es, se debe a
una reacción demasiado fuerte por parte de la víctima. De ahí que se trate de
un crimen perfecto.”

[25]

 

 

“Por más que se trata de un funcionamiento patológico, la
perversidad no es un problema de enfermedad mental que bastaría con curar para
arreglar el problema del acoso moral. Nacemos todos con el germen de la
perversidad, que está esperando desarrollarse si, por una parte, nuestra
educación no nos enseña valores morales lo bastante sólidos y si, por la
otra, el contexto social o profesional lo favorece. Un perverso narcisista es un
pervertido precoz como consecuencia de su historia infantil. Puede ocurrir que
reproduzca el sistema de relaciones malsano en el que se ha educado, también
que reproduzca la violencia moral que ha experimentado en carne propia como
defensa contra su propio sufrimiento, ya que la mayoría de los perversos
narcisistas han sido, a su vez, tratados como objetos durante su infancia. En
ocasiones, han sido el cabeza de turco de uno de sus progenitores y han sido
rechazados, desvalorados o maltratados. Otras veces, por el contrario, han sido
objeto de una valoración o de idolatría por parte de un progenitor
manipulador. Para protegerse de esos padres invasores, han tenido que
privilegiar el intelecto a expensas de lo afectivo y convertirse en seres fríos,
insensibles y poco afectivos, aunque eso no les excusa.

 

 

¿Son conscientes del mal que causan? Cuando se les pregunta, no hay
quien les saque de la negación. justifican su conducta por la nulidad del otro,
que no merece nada mejor. No reconocen jamás sus errores, no se excusan jamás.
Como mucho pueden reconocer sus errores estratégicos. En realidad, si alguien
repara en sus actitudes, consideran que es porque no han sido lo bastante hábiles
al ocultarlas, de modo que en lo único que piensan es en mejorar sus métodos.

 

 

Cuando desenmascaran a un perverso narcisista, es muy hábil colocándose
en la posición de la víctima y denuncia rápidamente un complot contra él,
revierte la situación para convencer a los demás de que es el juguete de una
campaña de persecución, lo que obliga a las eventuales partes que intervienen
a estar en guardia y vigilantes.

 

 

Aunque conocen bien los límites que no deben cruzar para evitar los
problemas, hay una mala intención inconsciente en ellos. Naturalmente, no se
les ve en la consulta de ningún terapeuta porque, en su opinión, ese
funcionamiento es «normal». Por lo demás, cuando consultan a un
psicoterapeuta, suele ser con una demanda apenas disimulada de mejorar su
perversidad: « ¡Como conoce usted tan bien la manipulación, dígame cómo
puedo someter a tal o tal otra persona! ».

 

 

En una época en que el mundo del trabajo se ha vuelto cada día más
despiadado, se efectúa una especie de selección natural que coloca a los
perversos narcisistas en lugares estratégicos. Como son fríos, calculadores y
carecen de estados de ánimo, sabrán privilegiar los elementos racionales sin
permitir que los azares humanos les conmuevan. A grandes rasgos, son individuos
que saben abrirse camino en las empresas y las administraciones, ya que son hábiles
y seductores. Saben utilizar, para su provecho exclusivo, el vínculo de
subordinación que les permite esclavizar al otro. La empresa, como todos los
centros de poder, tiende a atraer a los individuos narcisistas y a permitirles
un amplio margen de acción. Su peligrosidad no sólo es relativa a sus
actitudes. sino también a su poder de seducción: saben arrastrar a un grupo a
la perversidad.”

[26]

 

 

“Presentan una ausencia total de interés y de empatía por los demás,
pero desean que los demás se interesen por ellos… La fuerza de los perversos
estriba en su insensibilidad. No conocen ningún escrúpulo de orden moral… En
ellos, las decepciones producen ira o resentimiento, y un deseo de venganza…
La eficacia de sus ataques es un resultado del hecho de que ni la víctima ni un
observador externo pueden imaginar que alguien carezca hasta tal punto de atención
o de compasión ante el sufrimiento ajeno.”

[27]

 

 

“Si tiene algún poder en puestos burocráticos, procuran generar
grandes cantidades de trabajo innecesario que activamente impone a los demás
para destruir su tiempo útil, e introduce todo tipo de regulaciones y obstáculos
destinados a dificultar las actividades realmente creativas.”

[28]

 

 

“El complejo de superioridad hace que el acosador viva en la ficción
de la posesión de valores, atributos y cualidades que en realidad no posee, negándolos
en los demás de manera defensiva.

 

 

Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en
verdad tales características, ello supone para el acosador un verdadero choque
con la realidad.. El objetivo es hacer desaparecer a la víctima del horizonte
psicológico del acosador, porque sus capacidades suponen para éste una
desestabilización psicológica.”.

[29]

 

 

“La empatía es una característica especialmente insoportable para el
acosador, cuya naturaleza psicológica, como se verá, es ante todo «no empática»
o psicopática. La empatía supone la capacidad de situarse en la perspectiva
del otro ante un problema o vivencia. La psicopatía es todo lo contrario…
Todos los investigadores en esta materia coinciden en señalar lo imposible de
la tarea de hacerle tomar conciencia a un «psicoterrorista» institucional del
sufrimiento de su víctima o de la perversidad de su propio comportamiento… La
carencia de esta habilidad emocional por parte del acosador le sitúa en una
franca desventaja profesional y le hace dirigir su persecución y acoso hacia
aquellos que la poseen en alto grado.”.

[30]

 

 

“Cuando se trabaja sobre el tema, casi siempre se descubre que en el
pasado del acosador o de la «banda» de acoso suelen existir los denominados «cadáveres
en el armario». Es decir, que el acosador u hostigador suele tener un florido y
variopinto pasado «criminal» en el que otras personas fueron ya eliminadas del
lugar de trabajo mediante variados métodos y con diferentes grados de destrucción
psíquica.”

[31]

 

 

“La promoción-trampa

 

La persona es agobiada con una sobrecarga de trabajo y de
responsabilidades que no figuraban en la descripción del puesto. Posteriormente
comienza la crítica al trabajo, y el acosador promueve los ataques a la
profesionalidad por parte de otros compañeros que no fueron promocionados y que
pueden ansiar el puesto. Se declara la veda abierta, y todos participan en la
cacería por la posición. Se desvela así que el verdadero objeto de la promoción
era la defenestración personal y profesional de la víctima.”

[32]

 

 

“Un hecho abundantemente descrito por muchos especialistas es la
capacidad de seducción que presentan los acosadores y que emplean en buena
parte de sus estrategias y maquinaciones. El encanto que producen en muchas
personas contrasta con la crueldad con que maltratan a sus víctimas… ¿Quién
puede creer que una persona tan adorable y encantadora sea un acosador en serie?

 

Este fenómeno resulta tan extraordinario que muchas víctimas se
refieren a él como doble personalidad o personalidad tipo «Dr. Jeky11 y Mr.
Hyde».”
[33]

 

 

“A diferencia de lo que ocurre en los conflictos normales, con un
perverso narcisista no se produce un verdadero combate, por lo que tampoco
resulta posible la reconciliación. No levanta nunca la voz y manifiesta únicamente
una hostilidad fría. Si alguien se la señala, la niega.”

[34]

 

 

“Cuando un perverso se ha decidido por una presa, ya no la suelta…
El proceso circular, una vez desencadenado, no se puede detener solo, pues el
registro patológico de sus protagonistas se agrava: el perverso se vuelve cada
vez más humillante y violento; y la víctima se siente cada vez más impotente
y herida… Pero en una agresión perversa no hay ninguna prueba. Se trata de
una violencia «limpia». Nadie ve nada… El perverso intenta que su víctima
actúe contra él para poder acusarla de «malvada». Lo importante para él es
que la víctima parezca responsable de lo que le ocurre.”

[35]

 

 

“El MIA que tiene algún poder en puestos burocráticos tiende a
generar grandes cantidades de trabajo innecesario, que activamente impone a los
demás, destruyendo así su tiempo, o bien intenta introducir todo tipo de
regulaciones y obstáculos destinados a dificultar las actividades realmente
creativas. Por otra parte, el Mediocre Inoperante Activo es particularmente
proclive a la envidia, y sufre ante el bien y el progreso ajenos. Mientras que
las formas menores presentan simplemente incapacidad para valorar la excelencia,
el MIA procura además destruirla por todos los medios a su alcance,
desarrollando sofisticados sistemas de persecución y entorpecimiento. Nunca
reconocerá, por ejemplo, los méritos que un individuo brillante realmente reúne
para lograr un premio o posición, sino que atribuirá todo éxito ajeno a
relaciones con personas influyentes o injusticias del sistema. De la misma
manera, fácilmente callará cualquier información que permita valoraciones
positivas sobre otros, mientras que amplificará y esparcirá todo rumor o dato
equívoco que invite a la desvaloración y desprestigio de esas mismas
personas.”

[36]

 


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Perfil de acosado

 

 

 “Es necesario insistir
aquí en que la crisis de la víctima no es una enfermedad, sino el resultado y
la reacción a un ataque ¡legítimo, malicioso y continuado, perpetrado por
otro (u otros) individuo, probablemente enfermo psicológicamente, y que
pretende la eliminación psicológica y moral de una persona elegida por él
como «objetivo».

[37]

 

 

“Cualquiera puede ser víctima del acoso moral”.

[38]

 

 

“L. Crog, especialista en victimología, establece que :

 

«…las personas amenazadas, acosadas o difamadas son víctimas psicológicas.
Al igual que las víctimas de guerra, se las ha colocado en un «estado de
sitio» virtual que las ha obligado a permanecer constantemente a la
defensiva»”.
[39]

 

 

“La víctima no es masoquista o depresiva en sí misma. Los perversos
utilizan la parte depresiva o masoquista que pueden encontrar en ella.”

 

 

A primera vista lo que sorprende ese el modo en que las víctimas
aceptan su suerte.” 

[40]

 

 

“¿Por qué una víctima es la elegida?

 

Porque estaba ahí y porque, de un modo u otro, se ha vuelto molesta.
Para el agresor, ella no tiene nada especial. Es un objeto intercambiable que
estaba ahí en el mal o el buen momento, y que ha cometido la torpeza de dejarse
seducir-y, a veces, de ser demasiado lúcida”

[41]

 

 

“los acosadores seleccionan casi siempre un mismo tipo o perfil de
personas: aquellas cuyo modo de vivir, alegría, felicidad, situación familiar,
capacidades, talentos, carisma, orientación ética, independencia, capacidad de
liderar, popularidad, etc., despiertan en ellos, debido a sus profundos
sentimientos de inadecuación (complejo de inferioridad), insoportables
sentimientos de celos y envidia personal y/o profesional.”

[42]

 

 

“La incompetencia es una amenaza para sí misma, la competencia es una
amenaza para los demás”

[43]

 

 

“Las víctimas son envidiadas porque enseñan demasiadas cosas. Son
incapaces de no evocar el placer que sienten cuando poseen tal o tal otra cosa.
Son incapaces de no hacer pública su felicidad. Por lo tanto, la potencia vital
de las víctimas es lo que las transforma en presa. Ellas necesitan dar y los
perversos narcisistas necesitan tomar: no se puede imaginar un encuentro más
ideal… La víctima tiene una tendencia natural a culpabilizarse; y el perverso
rechaza cualquier culpabilidad.”

[44]

 

 

Para que el juego valga la pena, la víctima tiene que estar «a la
altura es decir, tiene que mostrar una cierta resistencia al principio, para
luego acabar cediendo. El individuo señalado para el acoso combina un mérito
evidente para su tarea con una notable incapacidad para ganarse el afecto («hacer
la pelota») de sus superiores, evitar la envidia de sus compañeros y, lo que
es peor, con frecuencia confraterniza y se atrae la admiración de sus
subordinados.

 

 

La víctima propiciatoria combina varios rasgos que la identifican como
sujeto en alto riesgo: el primero de ellos es la autenticidad o compromiso con
sus propias dinámicas de desarrollo interno, sin grandes consideraciones por
las conveniencias materiales y sociales.”

[45]

 

 

“Suelen ser objetivos habituales de acoso o psicoterror:

 

 

-las personas que lideran informalmente grupos en la organización;

 

 

-aquellos que son un centro de referencia para otros, que valoran su
madurez, experiencia, conocimientos, sabiduría, empatía, etc.;

 

 

-las personas cuya empatía y sociabilidad les hace ser espontáneamente
admiradas por el resto de los compañeros de la organización;

 

 

-las que son capaces de aglutinar y movilizar la voluntad de los demás
para organizar eventos en relación con el trabajo (proyectos, jornadas, cursos,
convenciones, etc.) o al margen de éste (fiestas, cumpleaños, excursiones,
barbacoas, paseos en bicicleta, paellas en el campo, cenas extraempresariales,
etc.);

 

 

-las que otras personas eligen o buscan de manera espontánea para
participar con ellas en proyectos, grupos de trabajo, círculos de calidad, etc.
(las denominadas estrellas de los sociogramas);

 

 

-las que poseen una autoridad moral ante sus compañeros derivada de su
notorio comportamiento ético.

 

 

-Personas altamente cooperativas que suelen trabajar bien en equipo”

[46]

 

 

“Los que se resisten al formateo. Son las personas cuya personalidad
resulta molesta, los atípicos. Son, por ejemplo, los empleados demasiado
honestos, demasiado escrupulosos o demasiado dinámicos.”

[47]

 

 

“Las personas contentas, integradas y satisfechas, con una vida
familiar satisfactoria o una relación de pareja que funciona, suelen, sin
saberlo, ser objeto del acoso del «psicoterrorista» organizativo. La razón
estriba, igual que en el caso anterior, en la comparación que realiza el
acosador con un resultado negativo para él de las condiciones afectivas y
familiares de la víctima.”
[48]

 

 

“Una persona que ha padecido una agresión psíquica como el acoso
moral es realmente una víctima, puesto que su psiquismo se ha visto alterado de
un modo más o menos duradero..

 

 

…no suelen tener conciencia de la existencia de esta temible violencia
subterránea, y no se atreven a quejarse de ella…

 

 

…Las cosas empiezan con un abuso de poder, siguen con un abuso
narcisista, en el sentido de que el otro pierde toda su autoestima… “

[49]

 

 

“Lo que singulariza los cuadros de acoso en relación a otras formas
de sufrimiento en el trabajo es el predominio de la vergüenza y la humillación.
Eso suele ir a la par de una ausencia de odio hacia el agresor. Las víctimas sólo
quieren ser rehabilitadas y recuperar su honor escarnecido. Tienen ganas de
ocultarse, de retirarse del mundo.

 

 

La vergüenza explica la dificultad que tienen las víctimas de
explicarse, sobre todo cuando el acoso es individual. Como en los casos de
abusos sexuales, a menudo la realidad es peor de lo que las víctimas cuentan en
un primer momento, ya que no encuentran palabras. ¿Cómo decir, en un momento
dado, que se siente uno maltratado si hasta ese momento no se ha permitido que
saliera nada a relucir? ¿Cómo justificar ante los propios ojos que uno no haya
protestado enseguida?¿Cómo explicarles a los demás por qué no se ha
reaccionado hasta ese momento?”

[50]

 

 

“Se ataca preferentemente a los empleados aislados y, en cuanto a los
que tienen aliados, el acosador se las compone para romper los vínculos de
solidaridad que les unen.”

[51]

 

 

“Se corre mayor riesgo de ser acosado cuando se es idealista, cuando
se está muy motivado por el trabajo, y menor si se es pragmático, si se está
interesado ante todo por el salario y las ventajas materiales.”

[52]

 

 

“Cuando una persona tiene de entrada poca confianza en sí misma pero
ha sabido adquirir una buena imagen gracias a su trabajo, es indiscutible que,
para desestabilizarla, basta con infravalorar su trabajo, con no darle la
posibilidad de mostrar lo mejor de sí misma o sencillamente en impedirle
trabajar.”
[53]

 

 

“Tanto si las víctimas se someten aterrorizadas como si reaccionan,
se equivocan. En el primer caso, los perversos, y quizá también el círculo de
allegados, dirán sin dudarlo que las víctimas nacieron víctimas; en el
segundo, se hará hincapié en su violencia y se las acusará no sólo de ser
responsables del fracaso de la relación, sino también de todo lo que no
funciona en general, ignorando con ello toda verosimilitud.”

[54]

 

 

“El que ose decir lo que no funciona o simplemente abra los ojos será
marginado del grupo.”

[55]

 

 

“Whistleblowing
(Pitar falta)”.

 

 

“Pitar falta: La revelación por un empleado o profesional de
información confidencial relacionada con algún peligro, fraude o conducta
ilegal o sin ética que tiene que ver con el lugar de trabajo, con los
directivos o con sus compañeros.

 

 

 Pitar falta es la denuncia
pública por un miembro de una organización de actos, omisiones, procedimientos
o políticas organizativas que considera moralmente defectuosas, y cuya denuncia
es considerada o tratada como errónea o falsa por las autoridades de la
organización”

 

 

“…La relación de «pitar falta» con los síndromes de acoso se
inicia a partir de la reacción de la entidad denunciada. Quien pita suele
convertirse en diana de todo tipo de represalias, tanto si su denuncia ha sido
formal y concreta como si es inespecífica y difusa”

 

 

“Criterios para “pitar falta”:

 

 

“Percepción por parte de un miembro de una organización de
actividades de naturaleza ilegal, injusta, no ética, dañina, como pueden ser:
– Arbitrariedades, irregularidades o abusos. – Políticas, prácticas o
procedimientos injustos, ineficaces o dañinos”

 

 

“El error esencial de la víctima estriba en no ser desconfiada, en no
considerar los mensajes violentos no verbales. No sabe traducir los mensajes y
acepta lo que se le dice al pie de la letra.”

[56]

 

 

“En España también se producen casos clamorosos en los que “pitar
falta” y acoso institucional se siguen uno a lo otro, en un círculo vicioso
que intenta aplastar toda disidencia”.

[57]

 

 

“En la práctica, los que denuncian las disfunciones de un sistema
sufren, evidentemente, las represalias de dicho sistema. Se trata de una forma
específica de acoso moral, destinada a hacer que se calle el que no juega al
mismo juego que los demás.”

[58]

 

 

Motivación para denunciar: se puede «pitar falta» por fines
altruistas, de autoayuda e incluso terapéuticos. El más aceptable de todos los
motivos es la obligación moral de proteger al público y a los empleados de la
organización.”
[59]

 

 

 

“4. Eliminación

 

 

Al llegar a esta fase, es muy probable que el empleado ya haya tenido
varias bajas por enfermedad más o menos largas, que haya consumido todas sus
vacaciones y permisos sin sueldo y que haya explorado varias posibilidades de
irse a trabajar a otro sitio.”

[60]

 

 

“Cuando se teme que se descubra una falta o una irregularidad, se
puede caer en la tentación de deshacerse de los testigos”

[61]

 

 

“La diferencia entre las víctimas de los perversos y los individuos
masoquistas es que las primeras, cuando, tras un inmenso esfuerzo, consiguen
separarse de sus verdugos, sienten una enorme liberación.

 

 

Las dudas que tienen acerca de sus propias capacidades son las que las
hacen vulnerables.”

[62]

 

 

“No obstante, tanto en las familias como en las empresas, las víctimas
no reclaman venganza casi nunca. Ante todo, piden que se reconozca todo lo que
han aguantado, aunque una injusticia no se pueda reparar nunca completamente. En
la empresa, la reparación supone una indemnización económica que, de todas
formas, no alcanza a compensar el sufrimiento padecido. Es inútil esperar
remordimientos o arrepentimiento de un agresor realmente perverso. El
sufrimiento de los demás no tiene ninguna importancia para él. Si se produce
un arrepentimiento, proviene siempre de terceras personas: de las que fueron
testigos mudos o de las que fueron cómplices de la agresión. Sólo ellas
pueden expresar su pesar y, con ello, devolverle su dignidad a la persona a la
que se ridiculizó injustamente.”

[63]

 

 

“La víctima del acoso o psicoterror laboral no suele ser consciente
de él. Si en algún momento toma conciencia del mismo (lo que suele ocurrir al
darse cuenta de la injusticia de las críticas que se dirigen a su trabajo), no
suele ser capaz de admitir que su acosador es un sociópata, sin ética ni
conciencia moral, que no merece ser considerado una persona «normal». Una
especie de ingenuidad o actitud «polyánnica» suele hacerle reticente a
admitir que se trata de un acosador con una moral y unos valores enfermizos. La
víctima se encuentra aturdida, desconcertada, confusa y, finalmente,
aterrorizada.”

[64]

 

 

“Perfil profesiográfico de la víctima del psicoterror laboral

 

 

Varias investigaciones han trazado el perfil personal y profesional de
las características típicas que hacen de un trabajador una víctima potencial
del acoso.

 

 

Pretenden contestar a la pregunta: ¿cómo suelen ser las personas que
padecen el acoso en el trabajo? Entre las características figuran las
siguientes:

 

 

1)
Personas con elevada ética, honradez y rectitud, así como un alto
sentido de la justicia.

 

2)
Personas autónomas, independientes y con iniciativa.

 

3)
Personas altamente capacitadas por su inteligencia y

 


aptitudes, que destacan por su brillantez profesional.

 

4)
Personas populares, líderes informales entre sus compañeros o con
carisma para liderar
grupos.

 

5)
Personas con un alto sentido cooperativo y del trabajo en

 


equipo.

 

6)         Personas con elevada
capacidad empática, sensibilidad, comprensión del sufrimiento ajeno e
interés por el desarrollo y el bienestar de los demás.

 

7)         Personas con
situaciones personales o familiares altamente satisfactorias y positivas.
Personas justas, íntegras, con una elevada ética, honradez y rectitud y con un
alto sentido de la justicia.

 

 

 Se trata de molestos «Pepitos
Grillo» (en inglés se les denomina whistleblowers) cuya actividad y actitud
noble son de por sí una patente denuncia de que en la organización las cosas
no funcionan con la suficiente ética y dignidad para otros individuos:
trabajadores, clientes, etc. Estas personas son:

 

 


las que hacen las preguntas incómodas y clave que nadie osa formular;

 


las que denuncian las situaciones indignas o injustas para otros;

 


las que son libres, disintiendo de la opinión oficial o del pensamiento
único que lleva a   ocultar algunos
hechos;

 

           las que
no se dejan comprometer con prebendas, dinero, puestos, ascensos, a cambio de «ser
un buen chico y callar»;

 

           las que
ponen de relieve y denuncian la corrupción, el desvío, la malversación de
caudales de sus destinos legales o justos;

 

           las que
defienden a otras víctimas de injusticias, vejaciones y malos tratos en la
organización, y se solidarizan con ellas;

 

           las que
hablan claro y llaman a las cosas «por su nombre», eliminando la distancia
entre el dicho y el hecho en las grandes declaraciones de principios que se
hacen en muchas
organizaciones;

 

           las que
no son «políticamente correctas» hablando de los temas, valores y situaciones
que son «tabú» en la organización;

 

           las que
buscan la verdad de los hechos y no el compromiso viable de las versiones
oficiales;

 


las que no son «prácticas» con su carrera profesional y prefieren no
«mirar a otro lado»,
aunque ello las perjudique o termine con ellas.

 

 

los acosadores, tal como se verá más adelante, son víctimas de sus
propios complejos de inferioridad, sentimientos de inadecuación, desvalor y
falta de autoestima, no es extraño que sean incapaces de evitar la comparación
cuando ven a una persona con la madurez psicológica suficiente como para ser
ella misma, tener independencia de criterio, autonomía y ser capaz de tomar la
iniciativa.

 

 

Resulta psicológicamente intolerable para el hostigador contemplar la
exuberancia de una personalidad madura y autorrealizada, que pone en entredicho
su propia manera de existir, mísera y arrasada por el sufrimiento personal. En
especial, no pueden soportar ver que estas personas:

 

 


no adaptan sus opiniones «al sol que más calienta»;

 


no difieren responsabilidades cuando se trata de pensar o tomar
iniciativas;

 

           no
dependen psicológicamente de figuras de autoridad o «vacas sagradas» que
establezcan la  adecuación o
inadecuación de una opinión o un pensamiento;

 

           no
cierran filas en ciegos corporativismos o en falsos sentimientos de «lealtad
debida» a la organización;

 

           son
capaces de cuestionar la opinión y los juicios de las «vacas sagradas» de la
organización.

 


pueden respetarla jerarquía sin caer en el servilismo o la sumisión
inconsciente;

 


son capaces de formarse una opinión propia sin clonarla ni apropiarse de
la de otros.

 

 

Esto resulta especialmente intenso en organizaciones cuyos valores
culturales y estilos de dirección son de corte autoritario, e incluso en
organizaciones que se dicen «abiertas», «del aprendizaje», «planas», «descentralizadas»,
«excelentes», etc., pero cuya praxis concreta no se dista mucho de las
anteriores.

 

 

Estas personas suelen destacar por poseer grandes conocimientos y
conducirse con una elevada calidad profesional, rigor, rapidez y eficacia en el
desempeño de su trabajo. Debido a ello, resultan insoportables a los ojos del
acosador, habitualmente abrumado por el sentimiento de inadecuación y el
complejo de inferioridad. Para comprender por qué este tipo de personas son
objeto de acoso, es necesario recordar cómo opera el complejo de inferioridad
en el acosador.

 

 

El complejo de superioridad hace que el acosador viva en la ficción de
la posesión de valores, atributos y cualidades que en realidad no posee, negándolos
en los demás de manera defensiva.

 

 

Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en
verdad tales características, ello supone para el acosador un verdadero choque
con la realidad. Su reacción ante esa dolorosa realidad suele consistir en
negar, eliminándola, la fuente de la disonancia, desarrollando el psicoterror
contra la víctima. El objetivo es hacer desaparecer a la víctima del horizonte
psicológico del acosador, porque sus capacidades suponen para éste una
desestabilización psicológica. De esta manera queda explicado lo que
vulgarmente se denomina «tener envidia» de alguien.” 
[65]

 

 

“Una vez que el proceso de acoso ya se ha establecido, es difícil,
efectivamente, que se detenga de otro modo que con la marcha de la víctima. En
cualquier caso, los medicamentos no son lo que le permitirá a la víctima
salvar el pellejo.

 

 

Las víctimas suelen reaccionar cuando tienen la oportunidad de ver cómo
su agresor ejerce la violencia sobre otra persona, o cuando encuentran un aliado
o una ayuda exterior.”

[66]

 

 

“Diez o veinte años más tarde, las víctimas pueden seguir teniendo
una sensación de angustia ante determinadas imágenes de su agresor.”

[67]

 

 

“las víctimas no reclaman venganza casi nunca…

 

 

…Cuando las víctimas no consiguen desembarazarse del dominio, su vida
puede quedar detenida en el trauma: su vitalidad se embota, su alegría de vivir
desaparece y las iniciativas personales se vuelven imposibles. La pena de haber
sido abandonadas, engañadas y ridiculizadas las paraliza. Se vuelven agrias,
susceptibles e irritables, y se encierran en un registro de retiro social y de
rumias amargas. Estas víctimas se ponen pesadas y sus allegados las soportan
mal: «Ésta es una vieja historia; deberías pensar en otra cosa».

 

 

Ante todo, piden que se reconozca todo lo que han aguantado, aunque una
injusticia no se pueda reparar nunca completamente. En la empresa, la reparación
supone una indemnización económica que, de todas formas, no alcanza a
compensar el sufrimiento padecido. Es inútil esperar remordimientos o
arrepentimiento de un agresor realmente perverso. El sufrimiento de los demás
no tiene ninguna importancia para él.”

[68]

 

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APARTADOS

 

Los trastornos

 

 

“la gravedad del traumatismo es mayor cuanto más se había implicado
esa persona en el trabajo.”

[69]

 

 

“el síndrome de acoso es una respuesta adaptativa de lo más normal a
una situación anormal traumática y estresante. Por lo general, son muy pocas
las personas que pueden conservar su equilibrio psíquico en estas
circunstancias.”

[70]

 

 

“Cuando el acoso moral es reciente y existe aún una posibilidad de
respuesta o una esperanza de solución, los síntomas son al principio muy
cercanos al estrés y a lo que los médicos denominan problemas funcionales:
cansancio, nerviosismo, problemas del sueño, migrañas, problemas digestivos,
lumbalgias… Con todo, sí el acoso persevera en el tiempo y se refuerza, puede
llegar a establecerse un estado depresivo mayor.”

[71]

 

 

“aceptar la sumisión supone pagar un precio importante de tensión
interior. Los primeros signos del estrés son, dependiendo de la susceptibilidad
de cada individuo, las palpitaciones, las sensaciones de opresión, de ahogo y
de fatiga, los trastornos del sueño, el nerviosismo, la irritabilidad, los
dolores de cabeza, los trastornos digestivos, los dolores abdominales, y
manifestaciones psíquicas como la ansiedad.

 

 

Si la situación se prolonga, o se repite a intervalos seguidos, y
supera las capacidades de adaptación del sujeto, la activación de los sistemas
neuroendocrinos perdura. La persistencia de altas tasas de hormonas de adaptación
trae consigo trastornos que pueden instalarse de un modo crónico.”

[72]

 

 

“Algunas víctimas manifiestan una respuesta fisiológica: úlceras de
estómago, enfermedades cardiovasculares o de la piel, etc. Algunas de ellas se
adelgazan, o se debilitan, expresando a través de su cuerpo un perjuicio psíquico
del que no son conscientes y que puede llegar hasta la destrucción de su
identidad. Los trastornos psicosomáticos no se derivan directamente de la
agresión, sino del hecho de que el sujeto es incapaz de reaccionar. Haga lo que
haga, se equívoca; haga lo que haga, es culpable.”

[73]

 

 

 

“Síntomas psicosomáticos de estrés:

 

– pesadillas/sueños vívidos; – dolores de estómago y abdominales; –
diarreas/colon irritable; – vómitos; – náuseas; – falta de apetito; – sensación
de nudo en la garganta; – llanto; – aislamiento.”

[74]

 

 

“- Apatía, desinterés, falta de iniciativa. – Tristeza y abatimiento
de ánimo. – Irritabilidad y labilidad emocional. – Cansancio y fatiga fácil. –
Agresividad. – Sentimientos de inseguridad. – Hipersensibilidad y desánimo. –
Recuerdos obsesivos que le intranquilizan. – Arrebatos de rabia. – Accesos de
llanto. – Pesadillas. – Dificultad de concentración. – Pérdida subjetiva de
memoria. – Distractibilidad, sensación de estar como ido – Dolor abdominal.
Colon irritable. – Náuseas y vómitos. – Malestar generalizado. – Sensación de
tener un nudo en la garganta. – Pérdida de apetito. – Desinterés por la vida
social. – Dolor en el pecho. – Sudoración. – Sequedad de boca. Palpitaciones.
Ahogos y disnea. Escalofríos, ponerse colorado de repente. – Dolores
musculares. – Dolor de cuello y espalda. – Temblores. – Sensación de mareo y
desvanecimiento. – Dificultad para dormirse por la noche. – Sueño inquieto y
perturbado. – Despertarse muy pronto y no poder volver a dormirse. – Dificultad
para levantarse por las mañanas. – Sensación de debilidad y falta de fuerzas.
– Necesidad de evitar el lugar y los recuerdos del trabajo.”.

[75]

 

 

“Las víctimas parecen psíquicamente indemnes, pero persisten en
ellas síntomas menos específicos que son como un intento de eludir la agresión
padecida. Estos síntomas pueden ser ansiedad generalizada, fatiga crónica,
insomnio, dolores de cabeza, dolores múltiples, trastornos psicosomáticos
(hipertensión arterial, eccema, úlcera gastroduodenal … )

 

 

Otras víctimas pueden desarrollar toda una serie de síntomas que se
aproximan a la definición del estrés postraumático que proporciona el DSMIV.
Esta definición es similar a la antigua definición europea de la neurosis
traumática, desarrollada a partir de la neurosis de guerra durante la primera
guerra mundial, y estudiada especialmente en los Estados Unidos en los ex
combatientes del Vietnam. Más tarde, este diagnóstico se utilizó para
describir las consecuencias psicológicas de las catástrofes naturales, de las
agresiones a mano armada y de las violaciones.”

[76]

 

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APARTADOS

 

El
entorno

 

“Cuando un individuo perverso entra en un grupo, tiende a reunir a su
alrededor a sus miembros más dóciles con la idea de seducirlos. Si un
individuo se niega a alistarse, el grupo lo rechaza y lo convierte en chivo
expiatorio. De este modo, entre los miembros del grupo, se crea una relación
social en torno a la crítica común de la persona aislada, y en torno a los
cotilleos y los chismes. En este punto, el grupo ya se halla bajo la influencia
del perverso e imita su cinismo y su falta de respeto. No se puede decir que
estos individuos hayan perdido todo sentido moral, pero, al depender de una
persona sin escrúpulos, han perdido todo sentido crítico.”

[77]

 

 

“Presentar una denuncia es la única manera de terminar con el
psicoterror. Pero hay que tener mucho valor, o haber llegado verdaderamente
hasta el límite.”

[78]

 

 

“La presentación de acoso psicológico es más probable en
organizaciones cuya cultura interna considera el poder y el control como valores
prioritarios sobre la productividad y la eficacia”.

[79]

 

 

“…determinadas características de la empresa facilitan la
instauración del acoso.”

[80]

 

 

“Cualquiera que sea el caso, el hecho de que los trabajadores mejor
dotados o capacitados puedan ser objetivos prioritarios del acoso en una
organización es para ésta todo un síntoma de una enfermedad organizativa que
denominamos

«organización
tóxica»


[81]

 

 

“basta con que un grupo, una empresa o un gobierno cuenten con uno o
con varios individuos perversos para que todo el sistema se vuelva perverso”.

[82]

 

 

“Naturalmente, la actividad sindical o similar es mínima en estas
organizaciones y, si la hay, está totalmente vendida y controlada por los
organismos directivos”.

[83]

 

 

“El objetivo de un individuo perverso es acceder al poder o mantenerse
en él -para lo cual utiliza cualquier medio-, o bien ocultar su propia
incompetencia. Para ello, necesita desembarazarse de todo aquel que pueda
significar un obstáculo para su ascensión, y de todo aquel que pueda ver con
demasiada lucidez sus modos de obrar. No se contenta con atacar a alguien frágil,
como ocurre en el caso del abuso de poder, sino que crea la misma fragilidad a
fin de impedir que el otro pueda defenderse.”

[84]

 

 

“ Teorema de Thomas (psicólogo norteamericano): Si alguien da crédito
a algo que no es verdadero, las consecuencias son las mismas que si lo fuera”

[85]

 

 

“Al principio, las personas acosadas no quieren sentirse ofendidas y
no quieren tomarse en serio las indirectas y las vejaciones. Luego los ataques
se multiplican.” 

[86]

 

 

“Cuando el acoso aparece, es como si arrancara una máquina que puede
machacarlo todo. Se trata de un fenómeno terrorífico porque es inhumano. No
conoce los estados de ánimo ni la piedad. Los compañeros de trabajo, por
bajeza, por egoísmo o por miedo, prefieren mantenerse al margen. Cuando una
interacción asimétrica y destructiva de este tipo arranca entre dos personas,
lo único que hace es amplificarse progresivamente, a menos que una persona
exterior intervenga enérgicamente. Efectivamente, en un momento de crisis,
tenemos una tendencia a acentuar el registro en el que nos encontramos: una
empresa rígida se vuelve más rígida, un empleado depresivo se vuelve más
depresivo, otro empleado agresivo se vuelve más agresivo, etc. Acentuamos lo
que somos.”
[87]

 

 

“Para desacreditar a alguien públicamente basta con introducir una
duda en la cabeza de los demás”.

[88]

 

 

“en la empresa este tipo de reacciones de una víctima de acoso
laboral al estrés soportado son vistas como síntomas de una enfermedad mental
de la víctima, en lugar de como síntomas de la «enfermedad» de la organización
o del acosador mismo (el caso más frecuente). El propio acosador suele fomentar
este tipo de percepciones, desplegando toda su capacidad manipuladora y
desvinculándose así de su responsabilidad en el origen de la crisis de la víctima.”.

[89]

 

 

“Los compañeros envidiosos son los que llevan el trabajo de
desestabilización, con lo cual el verdadero agresor puede decir que él no sabe
nada del asunto”.

[90]

 

 

“Las insinuaciones y las preferencias declaradas provocan celos, hacen
que unas personas se enfrenten con otras y siembran la discordia. Los compañeros
envidiosos son los que llevan a cabo el trabajo de desestabilización, con lo
cual el verdadero agresor puede decir que él no sabe nada del asunto.”

 

 

“Cuando la agresión proviene de algún superior, la víctima
designada termina por quedar privada de toda información. No se la convoca a
las reuniones y queda aislada. Tiene noticia de su posición en la empresa a
través de encargos por escrito. Más adelante, se la pone en cuarentena. Puede
ocurrir que no se le dé trabajo aunque sus compañeros estén desbordados
.

[91]

 

 

“Los acosadores rara vez actúan a la luz pública, sino que suelen
elegir los momentos en que se encuentran a solas con la víctima o situaciones
en las que sólo están presentes miembros del «gang» de acoso. Entonces es
cuando aprovechan para desencadenar su labor de denostación y persecución. El
secretismo en los comportamientos hace que, en caso de denuncia por violencias
en el trabajo o calumnias, suela resultar muy difícil de probar.”

[92]

 


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Final

 

 

“No se vence nunca a un perverso. A lo sumo, se puede aprender alguna
cosa acerca de uno mismo… Utilizar las mismas armas que el agresor no es de
ningún modo aconsejable. En realidad, el único recurso es la ley.”

[93]

 

 

“Una organización democrática y libre y que no esté viciada por el
aislamiento, la cohesión irresponsable y la improductividad, no permite la
persecución de quien merece ser considerado como un miembro valorado e
importante.”
[94]

 

 

“Presentar una denuncia es la única manera de terminar con el
psicoterror. Pero hay que tener mucho valor o haber llegado verdaderamente hasta
el límite…”

[95]

 

 

“Cada vez más psicólogos descubren que la denuncia tiene efectos
terapéuticos para el acosado, al suponer un cambio desde una posición de víctima
pasiva a otra de agresor activo.”

[96]

 

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